domingo, 31 de octubre de 2010

Let Each One Go Where He May 2009

Ben Russell
Let Each One Go Where He May. 2009

Recreando el viaje que sus ancestros tuvieron que enfrentar para obtener la libertad, dos hermanos emprenden un viaje a través de las afueras de Paramaribo, pasando por unas minas ilegales, el Río Suriname -que es una auténtica metáfora de la vida-, dirigiéndose hacia una dirección sin poder volver; llegan a una aldea y al final regresan al Río Suriname siguiendo su camino hacia la libertad. Russell acertadamente deja el documental sin diálogo, nos presenta un sonido directo que crea un ritmo hipnotizante, lo cual nos hace sentirnos más parte del recorrido.

Ambos hermanos se presentan de forma casual, iniciando de un plano abierto sin movimiento para dar inicio a su travesía con un magnífico steady-cam por las afueras de la capital de Suriname, excolonia Holandesa y Británica que consiguió su libertad en 1975.

Para el camarógrafo claramente fue un reto, que si bien supo sortear, por momentos se llegaban a dar signos de órdenes y acciones claras para los requerimientos de las tomas y el camino a tomar, esto sin dejar a un lado la gran coreografía que crearon los hermanos al entrar y salir de cuadro mágicamente para reencontrarse en su caminar hacia el río.

En el transcurrir de los 13 rollos de 10 minutos cada uno, Russel nos hace testigos casi presenciales del viaje. Cada rollo nos presenta una etapa diferente, la travesía pasa por la explotación de las colonias representada en las mina, la indiferencia ante la naturaleza heredada por los colonizadores, invasores de lo natural, la pérdida de la conciencia y la ofensa hacia la tierra cortando los árboles y disparándole a la vida que se encuentra en el hábitat.


Un ritual que parece encarnar a sus antepasados enojados, cansados, irritados; tal vez hicieron algo malo, pero hay perdón, la fiesta sigue, los demonios se esfuman y el camino continua como la vida, hay que seguir, los hermanos siguieron por el río ahora como sus antepasados, sólo queda el sonido del río y los remos de madera que parecen darle ritmo a sus vidas, el Río Suriname los lleva como a sus antepasados hacia su libertad.

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