Nanook of the North. 1922.
De cartólogo y geólogo a padre del documental, Flaherty nos trae como primera obra la vida y esencia de un grupo de esquimales. Protagonizado por Nanook y su familia, poco a poco nos van mostrando lo difícil que es coexistir en ambientes tan extremos como es el norte de Canadá.
¿Documental o ficción? Si bien sabemos que en ocasiones Flaherty usa como recurso la actuación o el montaje de acciones, el intenta reflejar lo más noble posible la vida cotidiana de una etnia poco conocida como los esquimales antes de ser arrasada por lo que hoy llamamos globalización, cosa que en ese entonces se conocía como la invasión del hombre blanco. Flaherty pretendía mostrar de una forma muy romántica la existencia de estos hombres a través de momentos heróicos tales como la caza o la creación de un refugio ante situaciones de peligro como una tormenta o la caída de la noche.
Nanook desde un principio nos es presentado de forma carismática, una cara noble, un ser que lucha día a día para sobrevivir junto con el clan del cual es líder; poco a poco Flaherty nos introduce casi íntimamente a la vida de estos esquimales que al final terminan por conquistarnos y –por qué no- en cierto punto, logra también hacernos sentir como uno de ellos.
Partiendo de las tradiciones antiguas, Flaherty pide a Nanook que cacé una morsa, pero sin su rifle, más bien como lo solían hacer antes de conocer el poder de la pólvora. Nanook sin más remedio y con cautela arremete contra las morsas poniendo así su vida en peligro, los demás esquimales pendientes de lo que sucedía pedían a Flaherty que les permitiera usar los rifles para terminar de forma rápida y fácil la cacería, pero éste no se los permitirá e inclusive los ignoraría para lograr plasmar una esencia de lo que verdaderamente era la etnia esquimal, ignorando las criticas que tiempo después le harían.
Nanook pasa de ser cazador a arquitecto y padre de familia. Primero la construcción de un iglú de tamaño real, mezclando ingeniería antigua para darle iluminación y un ambiente próspero para su familia. Después con la creación de un set fílmico en medio de la nada, la mitad de un iglú que serviría para tomas interiores. Una familia que no es su familia pero que se ve bien junto a Nanook, de nuevo ficción o nobleza de parte de Flaherty hacia una cultura hasta ese entonces desconocida. Al final el resultado fue exitoso, nos hace parte de ellos y no importa si es actuado o no, simplemente cumple con su propósito, nos muestra una etnia en “estado natural” antes de ser “pervertida”.
No importa cuantas vueltas le demos al asunto, Flaherty nos presenta de forma concreta y simple el primer documental etnográfico de la historia, haciéndonos encariñar con los personajes y admirándolos ya que su vida es dura y no es fácil sobrevivir en esos climas. Con cada toma preciosista, con cada paisaje y cada acción Flaherty nos demuestra que no podemos renunciar a sorprendernos hoy en día.
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