Evolucionando el ensayo al cine, Marker nos presenta una serie de cartas que se autoescribe y que narra una voz femenina dejando a Marker de nuevo en el misterio y en la sombra.La memoria y el recuerdo son cosas que se pueden perder con el tiempo “la imagen es mi memoria” – dijo Marker; no es la imposibilidad de recordar sino querer recordar mas claramente lo que ha sucedido, donde hemos estado, que culturas hemos conocido y Chris en esta ocasión nos da clases de cómo narrar tus memorias y tus recuerdos, recuerdos que fue juntando a lo largo de su carrera con su cámara de súper 8mm y de 16 mm dejando un material muy valioso para la eternidad.
Marker desde otro alter ego nos va contando sobre las diferentes culturas que ha visitado y como estas se asemejan al mismo tiempo pese a estar separadas en territorio, cultura e historia; nos introduce en un viaje de espiral a través del mundo, de la anécdota, y nos hace parecer fácil guardar el recuerdo y darle un sentido pero no es así, Marker nos presenta este trabajo muy bien estructurado en su montaje que no es lineal ni paralelo.
Dentro del filme no podemos saber quien le manda a quien las cartas, ni si quien las lee es quien las recibe pero conocemos a Chris Marker a quien le gusta jugar con diferentes tipos de personajes representándolo a el mismo, humildemente se esconde detrás de personajes que en vida real no existen y solo cobran vida en sus películas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario