Este Filme documental, nos sorprende de nuevo. La interacción entre actores y cámara fluye al pasar de la película. ¿Qué tan naturales son los actores? O ¿qué tan natural pueden actuar para el filme? Esas cuestiones se presentan al inicio del filme y se van diversificando conforme vamos conociendo a los personajes.
El reflejo de una parte de la sociedad Francesa, si bien se abordan temas como la clase obrera, la diferencia de razas, es un experimento sociológico que toca temas culturales que en esos momentos explotaban en el filme como cuando Marceline explica el porque de los números tatuados en su brazo y ante la ignorancia del porque, sus compañeros africanos reciben la respuesta de forma fuerte dejándolos casi sin palabras.
Un pequeño vistazo a la forma de vida de los parisinos, la clase obrera está, la clase revolucionara está, las ideas se consumen en charlas entre los personajes, pero ¿que tan reales pueden ser sus respuestas? Jean Rouch juega un papel muy importante no solo en la realización del filme sino en la respuesta obtenida, logra captar de forma subjetiva y objetiva los ideales de jóvenes pensadores de la época, no es una casualidad, Rouch reflexiona sobre y con los personajes la vida que llevan estos jóvenes.
Creo que Rouch logra un documental etnográfico de cómo piensan los parisinos, refleja las preocupaciones de parte del conciente colectivo hacia la dirección que tomara su país y reflexiona ante esta situación.
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